Los alumnos de 3°año participaron del ensayo general de la presentación de Barenboim con la Orquesta West-Eastern Divan en el Teatro Colón.

Hay cosas que no pueden pasar inadvertidas. Hay situaciones que interpelan nuestros valores, nuestra dedicación hacia el Evangelio y nuestro sentido de Nación. El conflicto palestino-israelí es una de ellas. De larga data, la disputa entre Israel y las fracciones palestinas de Gaza y Cisjordania sostenida por intereses políticos contrapuestos sigue causando estragos, y pese al paso de los años parece nunca terminar. Ya se cuentan más de 9.000 muertes, la mayoría de ellos, civiles.

Daniel Barenboim es pianista y director de orquesta. Nació en Argentina, pero cuenta también con la nacionalidad española, israelí y palestina. En 1999 fundó el taller West-Eastern Divan, que años más tarde dio lugar a la orquesta homónima, cuya característica más destacable probablemente sea que es una orquesta conformada por jóvenes músicos de Israel y de otros países del Oriente Medio. Gracias a él, palestinos e israelíes dejan a un lado su rivalidad y tejen un lenguaje común, la música. Actualmente, Daniel Barenboim es candidato al Premio Nobel de la Paz.

El jueves 4 de agosto, los alumnos de tercer año tuvieron la posibilidad de participar del ensayo general de la presentación de Barenboim con la Orquesta West-Eastern Divan en el Teatro Colón. Fuimos invitados por la Vicaría Episcopal de Educación del Arzobispado de Buenos Aires y acompañados por el Rector Mariano Massano, los tutores Rosario Goyret y Santiago Dubox Randazzo, y las profesoras de Biología y de Lengua Celia Iriondo y Fernanda Argerich.

A la vuelta de la visita los chicos fueron cuestionados e informados acerca de la experiencia. Ellos dijeron que pudieron contemplar “el sonido y la emoción que transmiten tantos instrumentos juntos.” “Volvimos con un concepto distinto de la música”, aseguraban. La belleza arquitectónica los cautivó: “Me encantó el techo del Colón (…) me gustó su arquitectura”; pero también lo hizo Barenboim: “Es una persona extraordinaria (…) logró aplicar su pasión por la música como un aporte a la sociedad. (…) Disfruté ir al Colón a verlo, pero ahora que sé más sobre Barenboim y su obra, lo admiro tanto como director cuanto como persona.”

No obstante, esta experiencia musicalmente imperdible, acompañada de la belleza edilicia del Teatro Colón, fue cargada de su sentido más hondo al comprender que se trataba de un hombre que utiliza la música como vehículo hacia la construcción de la paz: “Todos podemos ayudar a nuestra manera (…) Todos somos iguales y no debemos discriminar (…) No está mal transmitir amor y paz con música.

El mismo Barenboim afirmaba: “La música por sí sola no puede hacer mucho en la resolución del conflicto (árabe-israelí), pero puede dar ejemplo de que el entendimiento sí es posible.” Creo que podemos encontrar el correlato de estas palabras en las opiniones de los mismos alumnos. Quedará de ahora en más trabajar por hacer ejemplos propios.

Lic. Santiago Dubox Randazzo, Tutor.

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