Catequesis

La espiritualidad característica del Colegio San Tarsicio pone énfasis en las siguientes dimensiones:

Padre misericordioso

Se busca que nuestros alumnos puedan sentirse hijos. Que establezcan una relación con Dios como un niño/bebé se relaciona con su padre: que se sabe en los brazos tiernos del padre que lo cuida; se sabe amado y mirado de una manera especial y distinta que todos los demás; que se sabe elegido y que para el padre, él lo es “todo”; que se sabe valioso y único para su papá. Esto lleva consigo poder vivir con una alegría profunda. Queremos que nuestros alumnos se encuentren con un Dios es bueno, que sólo quiere lo mejor para su hijo. Se educa en esta actitud de misericordia frente a los demás.

La Palabra de Dios como eje de discernimiento

Otro aspecto fundamental en nuestra espiritualidad es la centralidad de la Palabra de Dios en la vida cotidiana de cada uno. Se busca que nuestros alumnos busquen siempre en ella los criterios de acción, los valores que deben regir la vida. Se busca que los alumnos puedan ir conociendo y gustando de la Palabra, que la Palabra sea, progresivamente, el criterio para ir discerniendo los criterios de la propia Vida.

La Eucaristía como comunión con Jesús

Se busca que los alumnos, imitando a San Tarsicio, mártir de la Eucaristía, puedan reconocer en la Eucaristía la presencia viva de Jesús resucitado.

María, como modelo de seguimiento

Queremos formar una espiritualidad cristocéntrica, pero al mismo tiempo, profundamente mariana. Es decir, queremos que en el proceso de fe de nuestros alumnos la figura de María esté permanentemente presente, y que puedan vivirla como una madre que está atenta a cada uno de ellos, y que les enseña la manera concreta de seguir a Jesús.

Educación en la libertad

Se busca es enseñarles a los chicos a ser libres, y educarlos “en” la libertad y para esa libertad.

Una espiritualidad desde abajo

Se quiere lograr que nuestros alumnos puedan integrar el pecado y el error a sus vidas, no como algo frente a lo que hay que resignarse, sino como algo que también tiene un mensaje sobre ellos y sobre Dios. Significa que trabajamos intensivamente en formar una autoestima saludable en nuestros alumnos. Desde una perspectiva cristiana, el hombre es entendido como creación de Dios a su imagen y semejanza, el hombre es esencialmente positivo porque tiene algo de Dios. Allí reside la base de su positividad: en el ser imagen de Dios. Es por esto que estamos convencidos que si logramos que el chico se conozca realmente, valorando sus capacidades y reconociendo sus incapacidades, va a poder crear una autoestima profundamente positiva.

“Cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”

Queremos que nuestra espiritualidad esté también definida en el compromiso con el otro. Esta característica no es una más, sino que es consecuencia directa del encuentro con Jesús. Es objetivo de nuestro proyecto educativo, y de manera especial, de nuestro proyecto de catequesis y pastoral, es lograr que nuestros alumnos puedan comprometerse activamente con su prójimo, aquel que tomando la imagen del pasaje del “buen samaritano”, se encuentra herido al costado del camino de la vida.