El viernes 2 y sábado 3 de junio tuvo lugar en el colegio la V edición de la Feria Garage “San Tarsicio”. La Feria es el segundo engranaje más importante de la Misión que, cada año, parte rumbo a La Pampa, llevando la Palabra de Dios en acción a cientos de familias.
Los “misioneros”, chicos y chicas de 3ero, 4to y 5to año del colegio, se preparan durante todo el año para este encuentro en donde dar y recibir son dos realidades de la misma experiencia.
La Misión enriquece, acerca, sana y crea lazos entre dos comunidades que se brindan. Pero, también, refuerza el vínculo y el sentido de pertenencia de nuestro grupo de alumnos, sus maestros y profesores, los padres y el resto de nuestro querido San Tarsicio, en uno de los proyectos más importantes y más lindos del colegio.
El espíritu de la Misión empieza a vivirse en la Feria Garage. ¡Y mucho antes! Desde que en cada casa se piensa, con cariño, en la donación de ropa, juguetes, muebles, libros y un gran apartado de “de todo un poco” que se pondrá a disposición para venderse para la recaudación. En casa, lo chicos son los mejores representantes del proyecto Feria. Insisten en llevar cosas y, durante gran parte de abril y mayo, la Subcomisión de Pastoral trabaja intensamente en la puesta a punto de cada uno de los objetos que llegan.
La Feria, abierta al público, ya es un clásico de esta época del año.
En la puerta, se esperaba a que dieran las 5 de la tarde con la fila formada en la vereda. José daba la bienvenida, como siempre y, enseguida, Tomás Movsichoff y su equipo misionero les explicaban a los visitantes el procedimiento de compra.
En la entrada al Rincón de Jesús se instaló la sección “premium”, con artículos para la subasta: set de belleza, manta del norte, poncho última moda, etc.
El SUM –espacio versátil como pocos- remitía a un gran mall multimarca para adultos y, en las salitas de Planta Baja, se acomodaban las secciones más populares para los chicos: juguetes y libros. Y para sus mamás: ropa para sus hijos, zapatos cancherísimos y muchos – muchos libros más.
Padres y maestras organizadoras, muy bien lookeados con unos delantales soñados, asesoraban a los compradores, reponían percheros, cebaban un mate y se divertían compartiendo la querida Feria. En donde todo es siempre sorpresas, risas, encuentro.
A simple vista, la gente “escaneaba” con la mirada las mesas. Primero, de manera tímida y sin mucha esperanza. Pero en cuanto alguien daba con un verdadero hallazgo del fondo de la pila, todos, entusiasmados, empezaban a revolver… ¡y a encontrar cosas lindísimas!
No se ha registrado el caso de un visitante de la Feria se haya vuelto con las manos vacías. ¡O la panza! Organizadísimos y súper sonrientes, los chicos de 5to Año se encargaron de mantener a todos felices desde el kiosco, con brownies exquisitos, sándwiches de miga, budines y alfajorcitos caseros, café calentito y gaseosas frescas.
Destacable, también, fue el desempeño de los “misioneros” en relación a sus habilidades y competencias para liderar este emprendimiento colaborativo. Muy cálidos y asertivos a la vez, lograron motivar y convencer cuando hizo falta, cerrando distintas operaciones: la aplicación de descuentos, el lanzamiento del CD del Grupo Misionero o la obtención de fondos para las subastas.
Habrá, ahora, que esperar un nuevo año para volver a disfrutar de este momento que cada vez sale mejor. La Feria 2016 recaudó, gracias a todos y cada uno de los alumnos, maestros, directivos, organizadores y familias… ¡¡¡$95.000 pesos!!! Y otro tanto del kiosco.
¡Esto significa que se recaudó más del 50% que en la Feria 2015, que también había sido un éxito!
Y no solo eso: la Feria atesora otro gran momento San Tarsicio.
Si, como se dijo antes, la Feria Garage es el segundo engranaje más importante para que la Misión pueda ser posible, el primero y principal es, de todos modos, lo que en ella se evidencia: la certeza de que dando se recibe, de que la única forma de trabajar es en grupo y de que con Fe, alegría, confianza y constancia, por Dios y hacia Él, todo se puede.