Misionando en Semana Santa

Misionando en Semana Santa
 
En esta Semana Santa, repitiendo una experiencia que ya lleva 3 años,  un grupo de ex alumnos volvieron a misionar a La Pampa   y de ese modo reencontrarse con cada uno de los habitantes de esos pueblos con los que ya hemos construído un vínculo.
Les compartimos algunos testimonios y fotos de esos días tan intensos.
 
 
Semana Santa en Dorila
 
Pasar Semana Santa en Dorila fue una experiencia increíble. Conocimos a los jóvenes desde otro lado: nos ayudaron a hacer las actividades para los chicos, vinieron a visitar casas con nosotros y compartimos las oraciones de la noche con ellos.
En estos años que visitamos el pueblo, fuimos testigos de como fueron creciendo los chicos y fuimos creando un vínculo muy fuerte con la gente, que nos motiva a ir a visitarlos, cada vez con más entusiasmo y más veces al año, con el fin de compartir nuestra fe y acompañarlos en sus distintas necesidades.
Empezar a misionar en Dorila me ayudo muchísimo, conocí personas muy simples y transparentes a las que me encantaría seguir conociendo. Siento que vamos creciendo juntos.
 
Camila Lanternier
 
Recorriendo Conhelo y Mayer
 
Llegamos a Conhello el jueves a la mañana y nos encontramos con varias personas del lugar que nos estaban esperando con mate y algo para desayunar. Después de charlar un rato salimos a avisar que habíamos llegado y a convocar a la gente. Esa tarde amasamos pan con los chicos después de explicarles que Jesús había compartido el pan con sus amigos ese día antes de morir  y que es ahí donde eligió quedarse con nosotros. Mas tarde compartimos un momento de adoración al Santísimo con gente del pueblo.
El viernes empezamos el día visitando casas. Después del almuerzo, algunas de nosotras les explicamos a los chicos las distintas estaciones del vía crucis mientras otras íbamos a participar de otro vía crucis en un campo de la zona. A la tarde organizamos otro con la gente que no había tenido la posibilidad de llegar al del campo. Ese día se quedaron a comer con nosotros los jóvenes, con quienes compartimos una reflexión y un momento de oración sobre la cruz de Jesús.
El sábado seguimos visitando casas a la mañana y al mediodía nos fuimos a Mayer. Esa noche comimos con los jóvenes de ahi después de pasar la tarde jugando con los chicos y visitando casas. El domingo participamos de la misa de Pascua con la gente del pueblo y después seguimos pasando a saludar y compartir por las casas. A la tarde decoramos con los chiquitos huevos de pascua para regalar como forma de festejar que Jesús resucitó.
Camila Mackinnon
 
 
¡Tercer Semana Santa en Metileo!
 
Este año,eramos cuatro exalumnos para ir a Metileo. Eso nos produjo, a priori, un poco de desmotivación. Sin embargo, era un lindo grupo con lindas relaciones.
Fue una misión distinta: una de las mejores, de las más profundas que viví a nivel fe, amistades y contacto con la gente. En esta misión comencé a ver a los jóvenes del pueblo más como pares, los sentí amigos a los que quería compartirle todo lo que los quería y coincidir en la fe con ellos, cuando quizás otros años la relación de misionero a misionado continuaba siendo mucho más distante. El cariño que recibimos de la gente es cada vez más grande y lo demuestran siempre, ya sea un chiquito que te trae una carta o se acuerda tu nombre (no nos veíamos hace ocho meses), una familia humilde que te invita a comer a su casa y te atienden como si fueras un rey. Volví 100% cerca de Dios y me fui en paz sabiendo que pudimos vivir la Semana Santa con la gente de allá en profundidad.
Fueron importantes las oraciones de la noche que hicimos junto a los jóvenes, los cuales algunos no iban a la iglesia o estaban alejados, pero verlos ahí abriendo su corazón, emocionándose y hablándole a Jesús hizo que toda la travesía que hicimos para llegar hasta allí valiera la pena.
Francesca Imbrosciano
 
 
Celebrando en Monte Nievas
 

Visitar por primera vez Monte Nievas en Semana Santa fue una experiencia única. Eramos 6 personas de los cuales 4 ya habíamos ido y 2 no. Llegar y reencontrase con todos fue algo increíble. Ver como el pueblo te recibe siempre con los brazos abierto y una sonrisa en la cara es algo impagable.

Fue una Semana Santa distinta a todas la demás porque nos pudimos conectar con Jesús desde un punto de vista diferente, transmitiendoselo a los demás y viendo a Dios en actos muy sencillos. También nos pudimos conocer entre nosotros. Yo creo que si nos preguntan uno por uno si volveríamos no dudaríamos en pararnos ¡y subirnos al colectivo!

Juana Ayerza
 

 

Tomás Movsichoff
Coordinador de Catequesis y Pastoral
Colegio San Tarsicio
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